Los Volados

Un domingo gris, otro. Si la lluvia decorara mejor las fotos hasta podría ser perfecto. Es el otoño que viene volando en las hojas, las que nunca fueron escritas. Eligiendo nombres se fue la mañana y la tarde llega temprano. El almuerzo dominical es santo, sagrado como una pelota. Hay rituales longevos, hay modismos nuevos y sofisticaciones del pasado. Las entrevistas con el destino siempre han sido impuntuales, casi desconocidas. Hoy pasaron los recuerdos a tomar café. Una taza, un pocillo… un agujero sin fin. Memorias sin azúcar y una siesta. La tarde de domingo da lugar a la música, la radio y pensar. Crear también es buen plan. Planear, otro de mis preferidos. Los feriados perdidos son los que por mucho ambicionar en distancias, desgastan sin piedad y golpean en la ruta. Pero en el camino de los sueños dibujo este atajo de riesgo. Planificar es como cargar de sensatez a las ambiciones psiquiátricas. En el loquero de las ideas las mejores son las que llegan a ser normales; sin embargo, las más geniales y divertidas naufragan en la tormenta. Brindo por los ciegos de la fe, creo en los volados. Busco un departamento chico en Notting Hill, todos merecemos uno. Para ganar hay que apostar. Puede pasar perder, no puede pasar dejar de jugar. Cada quien elige su paño, todos tendremos una chance. Se pueden seguir las estrellas, consejo de techador. La moneda se echó a volar para encontrar su suerte en la vida, sabe lo que hace.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta!

Cuqui dijo...

Me alegro...

Anónimo dijo...

tal cual como son los domingos!

Anónimo dijo...

Muy bueno !

Mechi