1 comentarios

Confines

Los medios justifican el fin. El fin ajusticia a los medios. Los medios transmiten el fin en vivo y en directo. Este sinfín de medios agota. Los medios son las dos mitades del fin. En fin, lo popular se queda sin medios cerca de fin de mes. El fin de semana es más agradable, descansan los medios. Nos ponemos medios locos cuando se acerca el fin de año. Por fin, llegaron los remedios. No me dan los promedios en los confines del tiempo. En la fina sintonía radial, los números medios no dan. Los gastos intermedios te dejan a pata y los finos suelen ser amarretes. Procuro el final de los medios, pero no alcanzo la mitad de mis fines. Para volver a jugar finales necesitamos un equipo compacto y entero, dos medios. Vamos con los miedos de siempre, llevamos en la mochila los medios que supimos conseguir, nada nos impedirá llegar al fin.

2 comentarios

Necedades

La trampa del tiempo es, creo, desorientar. El clima del reloj, ventoso. Vuela rabioso, nunca supo esperar. La edad del almanaque, creciente en arrugas. Las fugas se dan, simplemente. Hay un calendario que se colgó en la pared, murió ahorcado por la sutura de una operación mal hecha. De estética, nada. Es la confusión del cuidado y la obstinación contra la edad. ¡Un poco de piedad con la piel! Quiero seguir fiel a la madurez. Vi caer el muro, veo caer el pelo, duerme en mi almohada pero no me quita el sueño. Allá viene el cirujano en vano y un auto de lujo. El tipo es humano, no es brujo. En el negocio de postergar la vejez siento pequeñez. No tengo acciones concretas, menos cartulares. Se estira el pellejo pero los años, en el espejo, poco van a cambiar. Celos de juventud, deseo de eternidad. Vi pasar muchas mentiras documentales, miro fotos retocadas hasta en las cédulas; son estaturas de identidad. Atención al rigor de lo light y que la vida tenga sabor. Corramos, cantemos, meditemos y procuremos, incluso entre tantos cosméticos consumidos, tener contento al músculo de los latidos.

4 comentarios

Materia prima

Quiero hacer hincapié, quiero hacer pie, no me quiero caer, para referirme a un descubrimiento ya conocido, de muchos años para atrás, pero que a veces no llamamos por su nombre o menospreciamos por su apodo. El combustible más rendidor de todos los tiempos, capaz de movilizar las más oxidadas estructuras, que no necesita nuevas fuentes de extracción y siempre fue gratuito. El mayor capital al que no le dedicaron muchas líneas en los libros de economía. Todos somos dueños de nuestras cajitas de cristal, todos tenemos nuestros castillos de cartas, todos idealizamos a ciertos personajes alguna vez. Pero ojo porque están las manchas a la vuelta de la rotonda y el Quijote es gran consejero de sueños locos. Es donde oscurece el panorama que resplandece la luz de esta fuerza inagotable, humana. A veces no se cómo se canaliza el dolor; siento que vivo entre la miseria y la indiferencia, a dos cuadras del horror y no encuentro la dirección de la alegría. De nuevo una invasión de pena, otra vez la visita del final que llaman muerte. En esas encrucijadas de cruz, cuando el corazón se quedó sin nafta y el ánimo se pasó a gas, agradezco eternamente y descanso, sé muy bien que puedo apelar al arma secreta de la amistad.

5 comentarios

El desempleo

Los fracasos se quedan quietos y los éxitos no dejan de andar; no funcionan bien las rutinas, dejan ruinas de improvisación y espontaneidad. El yugo de la autoridad mal concebida, los aires de maldad asociados a personalidades no positivas, las penas cotidianas, las miserias urbanas, la ausencia de reconocimiento, los premios olvidados, las máscaras, los caretas, los serviles, los inservibles… el desempleo.

El trabajo dignifica, en tantos sí… pero en cuántos? La gimnasia del día a día mal entrenada, el sedentarismo, la quietud, la depresión, el desgano, la ansiedad, la vergüenza no merecida, la opresión, las responsabilidades fuera de foco, la luz quemada, el cerebro, las expectativas ilegales, los chanchullos legales, el desprecio, el talento ultrajado, la dignidad postergada… el desempleo.

De nunca bajar los brazos uno se puede acalambrar, mas con los abrazos sentidos uno se puede salvar, al menos un rato. El maltrato, las llamadas de ilusión, los sueños, la desilusión, otra vez el despertador, la mejor ropa, diseñar un plan para trabajar, el empleo gris, las changas, los arreglos, el acomodo, la no respuesta, la impuntualidad, el apuro, los nervios, las monedas contadas, los reiterados no, las puertas cerradas… el desempleo, cárcel de los desempleados.

3 comentarios

Polución

Las corridas son de la ciudad, los toros pastan tranquilos en el campo. El ganado viaja en colectivo, las vaquitas duermen al sol. La vida cosmopolita pita y pita en las chimeneas, la urbe madrugó a la siesta. El rating nocturno es como un espacio verde, muy verde y hueco de esperanza, mientras las plazas siguen deseando volver a ser, algún día, una realidad que no viene en caja, ni es boba, o te roba porque no tiene reja. La abeja produce la miel, la reina es la sacarina; y si la Argentina está flaca, no es por el nutrasweet. Es probable que tengas tu cuit, pero nada para facturar. Siempre te pueden fracturar y adiós torneo.

Más pan, menos circo; más circo, menos diván; más diván, menos insomnio.

La vida es más rápida pero vivimos más. Los autos más veloces y nadie llega puntual. Se fuerza el estilo de vida mas desfila gente sin estilo que luce el alma deprimida. Hace ruido el yoga pero se impone la toga. Aún con buenos recursos, a veces no se puede con los humanos. Si el almuerzo dura una hora, la comida también es rápida, no importa cual sea. No hay digestión que resista ciertas cosas que nos tenemos que comer. Lo menos que se hace con un teléfono es llamar. Y los asuntos que mejor ni hablar, menos se oyen entre tanto ruido. Mucho chat, poca charla. Es la parla que nos dan.

Poco pan, mucho circo; poco testimonio y tanto insomnio no permite soñar.