0 comentarios

Silencio por favor

Si te ponés a pensar o mismo a contar, pocas cosas, algo fácil, creo que te podés dar cuenta de un montón de cosas. Repasemos por un instante cuántas piernas tenemos, cuántas orejas, qué cantidad de ojos.  Nos han sido otorgadas de a pares, pequeñas sociedades. Pero la boca es solo una. Y te llevo a la siguiente instancia de razonamiento: un par de oídos sirven para escuchar; y sin silencio, se complica. El fin es aprender y aprehender, tomar lo que nos dicen. Y lo mismo ocurriría pensando en los miembros inferiores: para ganar experiencia, nada mejor que caminar. ¿O no es acaso lo que hacemos cuando viajamos? Meta zapatilla y guía con reseñas. Nos declaramos ignorantes pero con actitud de incorporar, abiertos a lo nuevo, gustosos de sumar conocimiento. Y llegamos a los ojos también que nos invitan a leer y conocer lo que muchos pensaron antes, sin necesidad que te lo digan. Silencio por favor. La ecuación es más que evidente: camine mucho, lea todo lo que pueda, sepa escuchar y si le parece oportuno abrir la boca, ojalá la mitad de las veces sea para probar comida. Haga silencio por favor, piense qué aporta lo que va a decir y, luego de tanta cavilación, ojalá diga algo interesante.

1 comentarios

Ajedrez Emocional

En ciertos momentos de nosotros la vida se complica; en muchos y muy ciertos a decir verdad. Y qué hacemos? Tratamos de salir, pero nunca sabemos bien cómo. La realidad es que si algo te agarró desprevenido o de sorpresa obviamente no estabas con la guardia alta. Ahora, si es algo reiterado y te sigue incomodando, bueno, ahí volvemos a esa linda piedra que tanto queremos los seres humanos y usamos para tropezar en miles de versiones. Dos veces? Ojalá. El tema es salir lo más rápido posible pero dejar atrás la cosa. No postergar, no esconder, no mentirse a uno mismo. Creo que en ese proceso de jugar al ajedrez emocional, miramos hacia afuera, volvemos para adentro, puteamos, gritamos, lloramos, nos quejamos, reflexionamos; o sea, muchas cosas con "amos" para confiar que allá vamos. Adónde? A la solución, a ganar la partida, a matar al rey, a jaquearle el corazón. Nadie sabe bien, muchos dicen saber mas no. Me parece que, como siempre, lo mejor es saber elegir la ropa: peón, jinete, alfil, custodio de la torre, reina, rey... Todos tienen su momento en el juego de vivir.