Los sensibles son esos seres capaces de transmitir
sensaciones, proyectarlas, volverlas eternas. Porque para volver a vivir un
momento, digamos también resucitarlo (aún cuando no estuviera moribundo), qué
mejor que una foto! Los artistas, a todo nivel, son sensibles por naturaleza.
Los sensibles se emocionan o generan ese efecto en nosotros. Mientras otros
prefieren no abrirle la compuerta a sus lágrimas por la filosofía que sea, que
eligen no sé por qué: bienvenidos los sensibles! Ahí tenemos el cine, para
salir a comernos nuestra realidad, luego de conocer una historia ajena bien
contada, que es muy lejana pero la sentimos vecina de nuestro presente. Sin las
canciones no podríamos vivir, eso lo sabemos todos; creo. El firme grito de un
actor sobre las tablas que te levanta de la butaca, te despabila, te hace caer
en una idea, pero para que te levantes con ese tema postergado en la agenda de
tu alma. La arquitectura nos regala los mejores paseos, las miradas más
asombradas; los paisajistas nos propusieron los mejores paseos y queda en
nosotros caminar lo que ellos imaginaron. Los sensibles, en definitiva,
perciben el alma de las cosas inanimadas como ser la lluvia, un árbol, el
descanso de una escalera, el ruido de una fogata y así. Tengamos alerta los
sentidos a la sensibilidad, pues nos dará satisfacciones.
Tinta Digital se muda
Hace 11 años
0 comentarios:
Publicar un comentario