Montevideo


La Montevideana, helados de la niñez. La montevideana, costa de río adolescente. La capital charrúa viste de celeste al mar dulce de Solís, el cielo y los corazones. Banderines de feria, artesanos del humor, orfebres de las buenas costumbres, doctores del mate… la gente pasa bien, las personas viven mejor. El boulevard viste casas bajas y los bares altas canciones; bajo por la calle del campeón del mundo. Hoteles de días adentro, calles de noches afuera. Fútbol en los buses, fútbol en los televisores, fútbol en la terminal, la playa y la cabeza. Amigos de barba roja, cabalgatas en pony, taxis blindados, hígados rotos, relojes desvariados y el camino de pocitos lleno de paz, libre de sobresaltos. ¡Qué lindo lugar Che! Sigue el viaje… Patricias acá, allá y también en la punta de luz y Fer. Las rutas del sol aleccionan parajes con la mejor tranquilidad, de los locales de la paz, del celeste profundo. Viaja la ruta, voló la Paloma, desvanecieron los Castillos, nadamos las Aguas Verdes y el colectivo leyó las mejores revistas para llegar al destino descansado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

NICE

HAS dijo...

Muy bueno! Me gusta mucho la personalidad del yorugua!
Es más me iria a vivir alla in tiempo!
Abrazo!