Menos de lo mismo

La trasnoche posterga la mañana, si no la mata. La ciudad robó lo que era del campo y, curioso, en los pueblos descansan los ciudadanos. Las siestas aniquilan las tardes, pero mucho menos que antes. Sociedad y suciedad son casi lo mismo. Con trazo desprolijo pude dibujar ciertos objetivos nobles y algunos dobles. Añoranzas calientes y valientes que no se aguantaron el interior se hicieron salientes. Noviaron un tiempo con el destino pero no llegaron más que al acuerdo de un divorcio tácito y sin papeles. Entre tanta pesadilla pesadita es que a veces uno pierde el rumbo de lo que siente. Atraso el atraco de mi integridad y le hago una desmedida despedida al camino equivocado de los atajos y la pereza sin pureza. En el cemento se escuchan gritos y en la granja grillos. Sólo somos dueños de sueños. El tuerto se ríe del muerto y también del degollado; es un pirata con tez de pez y olor a mar. Amar es algo que no supo encontrar en ningún tesoro. Oro sí, pero no valía nada en la comparación. Converso y converjo siempre en el mismo lugar, uno ausente de gente sin mente. En especial si se trata de los asustados y pendientes de la pendiente de los años, con pendientes de objetable valor. Qué calor ciertas vergüenzas ajenas… Las cosas amenas suceden muy de vez en cuando. Por eso, cuanto antes queremos menos de lo mismo y más de lo distinto. Es el instinto hacia los sueños.

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