Sequía

Noche de truenos y un diluvio de interrogantes. Las respuestas son como las estrellas, están pero no se ven. Me parte hacer mi parte y que no alcance. Las gotas disminuyen el alcance de la vista, mientras se deja ver una transpiración preocupada. Sudor frío y un calor que, en la calle, no afloja; igual que las ganas de arreglar el desperfecto. Conseguí un taladro, pero Banfield pierde de local; mala señal. Busco la distancia justa, que no aleje y permita aclarar el cielo. Quedan nubes, sí; un poco más allá o acá, siempre estarán. La meta es lograr que sean de esas que sólo aplacan el sol cuando brilla mucho, también es un arco. Hace casi dos años estoy buscando un gol que no llega, la hinchada me lo recuerda en sus cantos. Esos tantos tan habituales del pasado que la gente olvida con despreocupada facilidad. Mi fe no ve, mis iniciales también me dan esperanza. No es que no haya nada que esperar, ya no van de suplentes las demoras. El juego no da con el resultado y no divierte a nadie. No es chiste, el humor es un mulato. Mato por un festejo para cambiar la racha.

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