me tocó eza

Para nada disfruté del broche de la noche de ayer;
se te cayó del pelo y ni cuenta te diste.
Yo también perdí algo sin saberlo,
pero no sé qué fue ni por qué me dejó tan así (de mal).
No quiero ruidos, escuchar alguna voz, saber de alguien
y mucho menos de vos. No, hoy no.
Hoy no valen segundas partes; me guardo todo mi ego para mí,
no te puedo convidar ni un poco.
Es como que cargo con un peso,
tal vez esté algo loco, que me obliga a “viajar” muy cerca del suelo.
Huelo a lo que me volcaron anoche encima: melancolía.

Ya es de día y no me interesa mostrarme en esta versión tan frágil;
de ser muy ágil pasé a arrastrarme… Ahora voy reptando.
Hoy es mejor dar ausente.
Sí, por la gente, pero más aún por el presente que me toca.
La espalda que me dio mi alma me defrauda.
Hoy no siento tu aliento, no quiero; me lleva el desaliento,
así que por ahí te miento (pero no soy yo, es él).

No me pienso oponer. ¿Hoy pienso?
En realidad no sé qué pensar o en qué. ¿En quién… será?
Hoy apenas puedo pasear con Soledad.
Pero no, ni eso… Me refugio en mi guarida, pues fui elegido.
Y lo acepto. Aunque… ¿quién me “regaló” su compañía?
Igual hoy la quiero.
Pido que me dejen estar solo con ella,
con mi tristeza.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

"Huelo a lo que me volcaron anoche encima: melancolía."

Clap,clap,clap!
Muy bueno me encantó!
Ranu