La vida es muy
complicada como para caminarla solos, tanto como guapa para no compartirla. Es
muy posible que los vértices del mítico Triángulo de las Bermudas sean:
libertad, soledad y felicidad. Bueno, al menos es una hipótesis más que aquí
les convido. Quizás sea tan ilusoria la vida en soledad como la compañía
eterna, al tiempo que levanto una bebida para saludar las excepciones. Pero,
ciertamente, creo que hasta agota la idea de pensar en hacer el camino sin esa
persona para compartir. Risas y tristezas, haciendo un resumen que casi todo lo
abarca, por simple que parezca. ¿Se puede ser un eterno solitario? Difícil. ¿Se
puede no serlo? Difícil también. En definitiva, me animo a pensar que el lugar
de mayor seguridad para quedarse a vivir sea el abrazo de esa persona. La vida
tiene tanta luz como oscuridad, dependiendo un poco de cuál sea tu bandera,
pero lo pienso en el sentido más amplio de las alegrías y penas. ¿No es acaso válido
creer que al lado de esa persona se potencian los festejos y suavizan los
llantos? Me inclino a pensar que sí, de hecho me tiro al piso de cabeza por
esta idea. A veces nos decepcionamos por no encontrar, otras por lo hallado,
otras cuando la vida se rompe, o cuando estamos llenos de veneno… y otras veces
todo lo contrario. Estemos atentos entonces para que no nos camine la vida y
todos encontremos a esa persona.
Tinta Digital se muda
Hace 11 años
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