No
siempre el problema somos nosotros, también el entorno es un peligro en
potencia. La amenaza de la segunda jugada, el rebote del acto, las esquirlas de
las consecuencias, las incongruencias del entendimiento. Miento. No, mentira.
¿Y vos? Si los robos me molestan mucho, el tráfico de ideas me resulta más
abominable. No se puede saltar desde una cartuchera de tres pisos, no. No amerita
vaciar la cartuchera para matar el pasado, tampoco. Atar cabos a veces termina
con alguien colgado. Hay días que la vida te caga el vuelto o el destino te
deja una propina corta. Ocurre que por mucho desear nos hacemos indeseables,
también. Y si no… andás con tan poca vida que te querés morir. La cama le da
vida al sexo y mata al depresivo por igual. Las dos plazas de la soledad son un
campo de concentración. El sueño no firma la paz con la madrugada y sos un
espantapájaros todo el día. En la vida estás quebrado pero parece que son
infinitos los fondos y en todos caíste vos. Vas tocando fondo de oído pero todas
las canciones parecen tristes y se hacen carne en tu herida de vida. Es mucho
cansancio sin descanso que anda descalzo en situación de calle. Es un misterio
que no calle, un callejón sin salida. Tanta ira de mentira, tanto papel de
papel, casi un protagónico agónico de tristeza que no reza pero vive pidiendo.
Tinta Digital se muda
Hace 11 años