Otra vez
otoño entre nosotros. De nuevo el calendario le agita un pañuelo al verano y
algunos colores bajan dos tonos. Las hojas se dejan llevar por una fuerza de
gravedad cualquiera o un viento sin mayor investidura. Hay que ir haciendo
fuego o al menos cortando madera para leña y contemplar luces con chispa en
algunos días. Y también habrá lugar para noches más frías, tiempos de calentar
rincones de estar. Queda espacio para ir aprovisionando el espíritu del
invierno, que se vuelve a presentar con visitas cortas, quizás con bebidas de
calor. La vuelta a casa apura el paso, mientras abriga su cansancio con lana de
distintas formas. Uno sale menos pero con más ropa cuando el sol llega más
tarde y se va más temprano. Las calles, más solitarias, invitan a pasear. No es
solo con suelo el tema del amor, también se puede intentar un escalón nuevo en
tu repertorio seductor. Movimiento para ganar calor y, con el más intenso azul
en el cielo, los días del año se empiezan a llenar de tareas. Otro otoño con nosotros
solos, o no.